Estimados compañeros:
Esta semana hemos tenido conocimiento a través de diferentes
medios de comunicación de los resultados económicos del Grupo Ayesa para el año
2014. La empresa, por segundo año consecutivo, eleva su beneficio por encima
del 20% (un 20% en 2013 y un 23% en 2014). Pero
lo que en principio debería ser una buena noticia para todos (mayor
facturación, mayores beneficios, política de expansión…) se convierte en rabia
e indignación cuando dos días antes de que se hiciesen públicos estos datos se
produjo el despido de tres compañeros de la Dirección de Industria en el centro
de trabajo de Sevilla.
Más allá de que la Reforma Laboral del 2012 abriera la puerta
a que las empresas, esgrimiendo una reducción en el margen de beneficios
pudieran recurrir a despidos más baratos, cuando
leemos que Ayesa aumenta su cuenta de resultados de la manera en que lo ha
hecho en 2014 y comprobamos que en algo más de los 4 meses transcurridos en
2015 contabilizamos 12 despidos argumentando causas económicas, nos preguntamos
dónde está la responsabilidad de la empresa de cara a todos los trabajadores,
de los que se prescinde incluso antes de que estos vean reducir su carga de
trabajo. En muchas ocasiones, tras un despido los jefes de departamento deben
solicitar el apoyo de otros departamentos para sacar adelante el trabajo, o se
recurre a becarios para realizar los mismos trabajos que según la empresa desempeñaban
“residualmente” los compañeros despedidos. Que estos despidos se produzcan en
la Dirección de Industria, que recientemente se ha fusionado con AyesaMdE, no
hace más que arrojar dudas sobre el futuro de los trabajadores y trabajadoras
del centro de Sevilla.
Los trabajadores
merecemos un trato más digno y justo. Los largos años de compromiso, sacrificio y responsabilidad
merecen un trato más serio que la mera comunicación del despido minutos antes
de su ejecución. Y creemos que es un auténtico jarro de agua fría a la
confianza del resto de trabajadores que día a día intentamos hacer nuestro
trabajo con la máxima diligencia y profesionalidad.
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